miércoles, 15 de julio de 2009
En Romeo y Julieta la tragedia se desata porque Romeo no llega a enterarse que Julieta no está muerta. Creyendo muerta al amor de su vida Romeo se mata, y ella al despertar lo ve muerto, y se mata. Pero ¿Qué hubiera pasado si Romeo se hubiera enterado a tiempo? ¿O si ella hubiera despertado minutos antes? ¿Habrían tenido igual un final trágico? ¿Pero se puede escapar del destino cuando ya está escrito?. Si lo trágico son las acciones y decisiones de los hombres ¿se puede evitar la tragedia?. Para Shakespeare el destino no es algo predeterminado, es algo que se escribe momento a momento. El destino es lo que hacemos cada día con lo que nos toca vivir. El destino es cada decisión que tomamos. Es la habilidad que tenemos para sacar las piedras que la vida pone en nuestro camino. Shakespeare plantea en sus tragedias que el destino puede cambiarse; cambiando nuestras acciones, y de esa manera muestra el camino para convertir la tragedia en comedia. Shakespeare refleja un cambio de paradigma. El hombre es responsable de sus actos, de sus decisiones, es decir, su destino está en sus manos, de él depende su tragedia o su comedia.
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